Los docentes tenemos la posibilidad de organizarlas de manera interna o a nivel de aula, o abrirlas para las familias siempre y cuando se garantice la buena dinámica de la actividad y seguridad del alumnado.
Detrás de ellas, hay muchas horas de preparación que quisiera poner en valor puesto que siguen pasando desapercibidas para algunos/as. Por ejemplo, montar un baile de carnaval supone decidir un vestuario, diseñar una coreografía adaptada al nivel de los niños, elaborar decorados o complementos para la puesta en escena, dedicar tiempo de contenidos curriculares a ensayos, (muchos ensayos) buscar la música y los medios para reproducirla y coordinar a los alumnos para que la ejecuten lo mejor posible, mediar en sus conflictos, motivar a los que no les gusta bailar o disfrazarse. Enseñarles a trabajar en equipo y aceptar las diferencias, algo que en nuestra sociedad actual a veces brilla por su ausencia. Todo ello supone un esfuerzo y dedicación que no todos los Centros o docentes realizan puesto que no es obligatorio a nivel legal. Por ello, pido a lo Comunidad Educativa que consideréis y reflexionéis que las actividades complementarias es mucho más que tomar instantáneas donde todos salgamos favorecidos. Detrás de ellas, hay muchos valores puestos en juego y los adultos hemos de ser ejemplares para que estas tradiciones que representan no se pierdan y las sigamos celebrando con gusto.
Un saludo
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